jueves, 4 de mayo de 2017

Fábula

Érase una vez un príncipe llamado Felipe que vivía en un gran palacio junto al rey Luis y la reina Sofía y a sus cuatro hermanos.

El principe Felipe conoció a una muchacha de familia humilde y se enamoraron. La chica se llamaba Leticia y su padre la trataba muy mal, la maltrataba y ella se sentía la oveja negra de la familia.
Leticia y Felipe decidieron casarse y el padre de ella aún seguía metiéndose en la relación hasta el punto de que el día antes de la boda, le puso hora de llegada a casa a ella cuando Felipe se la llevó al cine.

Felipe contruyó un palacio para él y su amada. Al poco tiempo tuvieron una hija a la que llamaron Marina y años mas tarde dió a luz un varón.

Leticia parecía odiar a Marina. Muchas veces la comparaba con su madre porque la joven lloraba muy a menudo. Le pegaba y la humillaba, le hacía dormir a la intemperie cuando la niña se orinaba en la cama, la dejaba días sin beber agua...Felipe parecía estar ausente y sólo estaba preocupado por trabajar y mantener sus tierras y no prestaba demasiada atención a los niños.

Leticia controló la vida de su hija hasta la edad adulta. Hizo que dejase a las parejas que no le gustaban y no dejaba que Marina tomase el control de su vida. Cada hilo de la vida de la chica, era movido por su madre.

Cuando Marina cumplió 20 años comenzó a salir con un chico y Leticia lo rechazó porque según ella no era de sangre roja y dió a elegir a su hija entre quedarse a vivir en el palacio y dejar al jóven o marcharse y no volver jamás.

Marina luchó por su amor y se fue con él. Cuatro días más tarde, Leticia se había suicidado.
Lo primero que pensó Marina es que su madre lo hizo para que ella se sintiera culpable de su muerte.

Cuando Marina creció se vió envuelta en una burbuja sin aire. No era capaz de sentir seguridad en ella misma y en muchas ocasiones se sentía estancada en algunos aspectos. Tenía una autoestima baja, todo tenía que mantenerlo bajo control, dependía emocionalmente de Felipe y recordaba constantemente que él nunca hizo nada por salvarla del maltrato de su madre. Sentía un profundo miedo a cada paso que daba y creía que aún era esa niña pequeña que nadie tomaba en serio.

miércoles, 1 de marzo de 2017

La dureza de él

Durante ese largo proceso de autoconocimiento, su relación con Pedro se iba endureciendo más y más.

Pedro pidió a Marina si podía ir a pedir presupuesto a una compañía de seguros para cambiar el seguro a nombre de Marina y cambiar también el coche a nombre de ella. Mientras Pedro, fue a preguntar también en otra compañía para comparar. Cuando Pedro y ella consiguieron los presupuestos Pedro le comunicó a Marina que le saldría más caro donde él había consultado:

-Bueno...Pues dónde yo he preguntado sale bien de precio y lo puedo poner a mi nombre.- dijo ella.

-Pues luego se mira también y ponemos también el coche a tu nombre porque a mí no me interesa tener tantos coches a mi nombre-.contestó Pedro.

-No voy a poner el coche a mi nombre porque a mí tampoco me interesa, ¿Como voy a justificar cómo he comprado ese coche?-preguntó la joven.

-¿Justificar qué? Pues que te lo he regalado yo y ya está- contestó él.
Marina insistió en que era algo que no sabían con certeza si habría algún problema por poner un coche a su nombre cuando no constaba que ella tuviera ningún tipo de ingreso económico. Él empezó a decirle que se estaba montando muchas películas afirmando que no pasaría nada de lo que ella pensaba. Finalmente acabaron la discusión:

-Pues cojo y dejo el coche ahí guardado y se acabó- contestó su padre voceando.

-Haz lo que quieras, tuyo es- contestó Marina.

Al pasar el fin de semana, las aguas se "calmaron" un poco. Pedro se acercó a Marina y le dijo:

-Entonces ¿vas a poner el seguro en el coche?-

-Si, el presupuesto que tengo está bien- dijo Marina.

-Pues para eso pones el seguro al que fui yo, que sale mejor-contestó Pedro.

-Pero si me dijiste que salía más caro-
-No,  sale más caro si lo pongo en mi coche, en el tuyo no...-

Marina recordaba perfectamente lo que Pedro le había dicho y no era precisamente lo que acababa de escuchar. Marina le dió el visto bueno y unas horas después cuando iba a preguntarle dónde estaba la aseguradora para realizar el seguro que él había encontrado, apareció Pedro con el seguro ya hecho.

-Toma, el seguro-dijo.
-Pero...¿No tenía que ir yo para poner el seguro a mi nombre?-dijo Marina asombrada.
-Pero chica...El seguro tiene que ser a mi nombre-contestó él subiendo el tono.

-Pero eso no me lo habías dicho..-Contestó ella.
-Si eres tú la que no quiere cambiar el coche a tu nombre-contestó él.

-¿Y qué tiene que ver eso con el seguro? Eso sí puedo cambiarlo.-

Marina estaba empezando a cabrearse, no entendía porqué su padre le ocultaba información y luego intentaba manipularla para llevar la razón y dejarla como si no se enterase de nada o fuese inútil.
Su padre salió de la habitación donde hablaban voceando y cuando Marina fue a dónde estaba Pedro éste siguió voceando a lo que Marina contestó también con esa actitud:

-¡¡Que me hables bien y no me vocees!!-

Cuando Marina salía de allí escuchó como Pedro decía:

-Sí, cómete mis mierdas hombre....-


martes, 21 de febrero de 2017

Reflexiones

Marina comenzó a reflexionar sobre su vida, quería sanar a su niña interior,  tratar de que estuviese en paz.
Comenzó a tener muchos sueños, sueños relacionados con su infancia, su presente y su futuro y a veces incluso pesadillas que la hacían frustrarse.
Algunas veces soñaba con abrir puertas,  con peleas con su padre y su madre,  soñó incluso que su padre la quería matar... Soñó que le decía a su padre:
-Deberías llamarte el "Todopoderoso".
Marina sabía que todos esos sueños y pesadillas tenían algún significado y expresaban algo...
Pero ¿Qué exactamente? ...

Empezó a investigar, buscar información y leer libros. Quería sanar su vida y para ello, estaba convencida de que tenía que empezar por reunir toda la información posible para poco a poco trabajar para llegar a su objetivo:

Encontrar la llave de su vida y coger las riendas, vivirla exactamente como la deseaba, buscar en su interior todas aquellas cosas que la hiciesen crecer y convertirse en adulta y lograr cumplir sus sueños.

lunes, 20 de febrero de 2017

Una persona "amigable"

Entre los 15 y 20 años, Marina adoraba bailar. Podía sentirse libre,  no le importaba si la juzgaban de una manera u otra. Cuando iba a las discotecas con amigos,  se subía a la plataforma y bailaba hasta acabar rendida y sofocada,  hasta que casi le faltaba el aire y tenía que salir a la calle para renovar aire limpio.  Bailó  durante más de un año en una academia y aunque no se sentía del todo integrada en el grupo,  no quería abandonar su pasión.
Eva un día decidió que no seguiría pagándole las clases y ella tuvo que dejarlo... Su madre siempre la insultaba diciendo que era una "calientabraguetas" por subirse a las plataformas a bailar,  que lo que buscaba era provocar.  Marina siempre pensó que no llevaba razón en eso,  además su madre ni siquiera la había visto bailar nunca,  no entendía como podía llegar a pensar eso.



Una mañana,  Eva mandó a Marina a comprar a la carnicería que había en la esquina de casa.  Marina llegó a la tienda y se puso a hablar con el carnicero como hacían cada vez que iba ella sóla o con Eva. De pronto aquel hombre empezó a hablar de una forma de la cuál Marina empezó a ponerse muy nerviosa, al cabo de un rato,  quería salir de allí.
Comenzó diciéndole que había soñado con ella,  que le hacía "cosas", que si su novio de aquel entonces la había tocado alguna vez y que si no lo había hecho, ella misma podría hacerlo y más palabras y frases a las que Marina no sabía qué contestar,  sólo era una chiquilla de 16 años. Continuó contándole cosas de su vida sexual privadas y que incluso le era infiel a su mujer (que en ese momento no se encontraba en la tienda).  Marina estaba alucinando pero se sentía incapaz de salir corriendo de allí para que ese hombre dejase de decir aquellas palabras que sonaban repugnantes de su boca.
Se quedó callada un rato y por fin dijo: "Bueno,  me voy ya... ".
De camino a casa iba a paso muy ligero pensando en lo que acababa de suceder,  estaba asustada,  aquel hombre que parecía tan "amigable" ahora le producía un asco tremendo.
Llegó a casa con la cara desencajada y su madre le preguntó que había pasado. Le contó parte de la conversación a Eva y ésta dijo:
 -Ahora mismo voy a ir,  que a mí también me ha dicho alguna vez algo,quédate aquí-

Marina se quedó en casa esperando a su madre. Pensaba que quizá debía haberla acompañado para ver qué explicación daba de los hechos.
Al cabo de un buen rato llegó Eva y le contó a su hija lo que había pasado.
-Cuando he llegado estaba su mujer con él,  le he dicho lo que me has contado y constantemente decía que era mentira e incluso su mujer lo ha negado,  ha dicho que su marido sería incapaz de decirte algo así -
Marina insistió en que era cierto,  y que además su mujer no estaba allí en ese momento.
Su madre la creyó.

Tan sólo le pidió que no le dijera nada a su padre.

Desde aquel día,  Marina no volvió a mirar la cara de ese hombre cuando se lo cruzaba por la calle.

jueves, 9 de febrero de 2017

Recuerdos amargos

En su memoria empezaron a aparecer momentos felices con ellos,  pero más aún, momentos amargos.
Recordaba que nunca le había faltado de nada,  que viajaron a muchos lugares juntos (aunque en algún viaje se comportó de forma "depresiva" porque no le gustó  o no quería ir).  Recordaba como en muchas ocasiones,  sus padres e incluso algunos profesores decían:
-Ésta chica siempre está llorando... -
Empezó a pensar porque nadie se preguntó nunca, a que venía esa actitud.  Su madre incluso se enfadaba aún más si la veía llorar o decía la frase "No lo sé ", eso la desquiciaba...
-Como te vuelva a ver llorar o decir "no lo sé " te voy a estampar los sesos contra la pared-
-Te pareces a tu abuela,  siempre llorando por todo-

Esas frases se quedaron marcadas para siempre en Marina.

A los 14 años,  Marina empezó a tocar la trompeta en una banda de Tambores y Cornetas. Un día hablando con un compañero sobre alimentación éste le dijo: -¿Tú no serás de esas chicas que se obsesionan con el cuerpo? Si es así, quítatelo de la cabeza, tu estás muy buena así -
Marina se echó a reír y en ese momento,  sintió una subidón de autoestima.
Cuando llegó a casa, hablando con Eva de cómo había ido el ensayo le contó la la conversación con su compañero.
Eva comenzó a reirse y le dijo:

-Que ignorante, y tú te lo has creído, haberle dicho sí,  estoy obsesionada con el cuerpo porque me pego atracones de comida y luego lo vomito-





miércoles, 8 de febrero de 2017

Aquella frase de ella

Marina pasaba los días en el trabajo hablando con su hermano,  había días de conversación que no cambiaba por nada del mundo, y cuando su padre estaba en la misma habitación que ellos,  todo era silencio...
Empezó a evitar hablar con él para así,  no tener que discutir por nada,  hablaba solo lo imprescindible. Su padre, parecía reaccionar de manera indiferente o se comportaba igual.
Marina buscó información en internet, todos los dias escuchaba audios, leía libros sobre familias tóxicas, buscó ayuda de un profesional para salir de todo ese caos que le hacía sufrir tanto.
Comenzó a ser consciente de muchas cosas, algunas incluso, de su pasado, guardaba un rato del día para hacer meditación y yoga, ésto le ayudaba a calmar la ansiedad y a pasar los días de forma diferente.
Todo ésto le hizo también recordar algunas cosas que sus padres le hacían, palabras, acusaciones, burlas...
Recordaba aquella frase que su madre le dijo una vez cuando tenía unos 17 o 18 años:

-Nunca dependas de nadie...-

martes, 7 de febrero de 2017

No esperes nada

Pedro les ofreció la oportunidad de prestarles el dinero que necesitasen para la casa y que ellos se lo fueran devolviendo conforme pudieran.
Encontraron una casa en el pueblo de Samuel peuqeña pero muy acojedora. Cuando ya tenían casi todo listo para firmar la señal que pedía el vendedor, éste decidió no venderles la casa para seguir viviendo allí. Asi que finalmente, la ilusión que les invadía aquellos días se esfumó.

Meses más tarde el trabajo en el taller de Pedro fue flojeando ligeramente y le comunicó a su hija que dada la situación, si les salía otra oportunidad como la anterior, no podría prestarles el dinero. Marina pensó que por un lado, quizá era lo mejor, así no tendría que depender de él en ningún momento en ese aspecto.

Finalmente encontraron una casa de alquiler les gustó y se quedaron ahí.
Marina seguía trabajando con Pedro y con el dinero que ganaba podía ir saliendo poco a poco adelante, por ésto, le costaba aún más dejar ese trabajo y buscar otro. Ya no tenía que ocuparse de las tareas de la casa, pero sí que seguía yendo al mediodía para preparar la comida. Comía con Pedro y su hermano porque Samuel trabajaba en su pueblo y venía a casa cuando ya era de noche.
Pedro no se metió en la decisión aunque sí que cuestionaba cosas como porqué se hacían cuenta en un banco y no en otro... Marina estaba verdaderamente harta, a solas lloraba por todo lo que no sabía como impedir que pasase, por la actitud que su padre tenía con ella y con su hermano, vivía momentos de ansiedad que no era capaz de controlar.

Estaba cansada de las excusas de su padre que no quería darle de alta y poder cotizar aunque fuese unos meses, "cuando cambie el gobierno...", y cuando cambiaba, no sucedía, cansada de hacer una discusión por todo y de no poder aguantarse las ganas de entrar en el juego y acabar enfrentada con Pedro, y éste empezar a vocear como si no hubiera un mañana diciendo que lo que tendría que hacer era morirse, o acabar como Eva, cansada de que su padre siempre llevase la razón en todo, de que todo lo supiera y se intentase siempre quedar por encima de todos, cansada de la manipulación, de las mentiras, de que si intentaba hablar y decirle lo que pensaba su padre se fuese sin escucharla, de que no hubiera comunicación de ningún tipo, que todo lo quisiera controlar y ella le dejara hacerlo, de que nunca mostrase arrepentimiento por nada de lo que hacía o decía, de que hablase de ella con su hermano y viceversa, de que le intentase hacer responsable de cosas que no eran responsabilidad suya....

-¿Te ha dicho tu hijo lo que tiene en el banco?- le dijo, después rectificó y cambió la palabra hijo por la de hermano.
-No, ni me interesa- contestó Marina.
Aún así, hacía oídos sordos y seguía hablando, soltando todo lo que se le venía a la cabeza.
 -Le quedan 0000 euros y mientras aquí como un rey, que le paguen todo, mientras él se gasta el dinero-
Marina se quedó en silencio, quería evitar el conflicto.
Cuando se volvieron a ver, Pedro se dirigió a ella de mal humor y le dijo:
-¿Y porqué dices que no te interesa lo que te dije, te da igual lo que pase en la casa?-
-Te he dicho que no me interesa lo que tenga en el banco- contestó Marina.
-Si...si aquí el malo soy yo siempre porque gruño, igual que me has preguntado por el médico que sabes que he ido....-

En ese preciso momento Marina pensó..."Tanto he esperado yo de tí duante tanto tiempo...."